Últimamente no tiraba ni para atrás, tenía muchos problemas en los ísquios y la zona lumbar y sobretodo en el tendón de Aquiles, que me lleva dando guerra desde hace más de tres meses. En definitiva, que a mi bajo estado de forma física se habían sumado esas molestias que ya no me dejaban ni entrenar. Así se presentaba el reto de ir a correr la II Half de Colera, una carrera de 21km de montaña extrem. Sinceramente, a una semana vista, no me veía capacitado ni motivado para poder hacerla.
Sin embargo, unos días antes opté por ir al osteópata. No podía ser que no pudiera ni salir a rodar 30 minutos a ritmo cansino con molestias y rampas en los ísquios. Efectivamente, al verme el especialista, me comentó que estaba totalmente descompensado. A raíz de un pinzamiento en las vértebras llevaba forzando la postura varios meses, lo que me había provocado sobrecargas por todas partes. Durante 45 minutos me estuvieron crujiendo y recolocando todo el cuerpo. Salí de allí dolorido, pero nuevo. Carai cómo se nota… ¡¡¡ahora al menos puedo correr!!!
Quizá era un poco precipitado aún, pero decidí participar en Colera. Así pues, junto con Danielem y Joaquim Serra (nuevo fichaje del Canet Race) nos presentamos en este bonito pueblo costero en la frontera con Francia. Jordi de Diversport, el organizador de la prueba, me había avisado que era un circuito “durillo”, pero muy bonito. En fin, ¿quién dijo miedo?.
Momentos antes de la salida |
Era un día frío y ventoso a más no poder, aunque afortunadamente había solecito. A las 10h se dio la salida desde el paseo marítimo y ya enfilamos enseguida hacia la montaña. Los primeros 4 kilómetros picaban hacia arriba y el viento insistía en empujar hacia abajo. Para aguantar un ritmo digno escalando entre las piedras había que hacer un gasto energético considerable, que creo que yo en estos momentos no tenía. Dejé escapar a 4 ó 5 corredores e intenté administrar mis fuerzas subiendo a un ritmo alegre pero sin hacer grandes derroches. Me dije a mi mismo “la carrera empezará cuando llevemos una hora”. Así pues, fui haciendo, manteniendo un ritmo constante. Joaquim, muy valiente, se fue con los de adelante colocándose en segunda posición. Dani no se encontraba fino y se empezó a descolgar quedándose bastante atrás. Fui solo a partir de entonces pero siempre controlando a mis predecesores. Pasados los 5 kilómetros había un tramo de camino, más o menos corrible que, aunque hacía bastante pendiente, me permitió recortar muchos metros a los escapados. Pillé a dos de ellos en un rato y ya me coloqué tercero. Aún era pronto para darlo todo, así que me reservé fuerzas para ir a por el segundo clasificado que era Joaquim, mi siguiente objetivo.
circuito extrem |
Me desinflé completamente, empecé a ir muy despacio y a descender dando saltitos de “niña”. Con tanta zarza, se me engancharon los cordones y se me desataron, a perro flaco todo son pulgas. Al pararme vi que tenía toda la rodilla ensangrentada, ni siquiera recordaba cuándo ni cómo me lo había hecho. Como era de esperar, otro corredor me dio caza, era Dani, que bajaba bastante rápido. Al adelantarme no tuve fuerzas ni ganas de engancharme y viendo como se alejaba simplemente me limité a animarle. Tras arrastrarme un poco más y pararme a atarme la zapatilla una segunda vez (la primera vez, con las prisas, no la había atado bien), llegué al último tramo que, por fin, era de pista ancha. Tenía 3 kilómetros de camino, con piedras eso sí, hasta la meta. Pensé que era una pena no haber llegado mejor a ese tramo porque ahí hubiera sido donde podría haber luchado con todas mis armas por conseguir la victoria. No pudo ser y entré en 6 posición. La carrera la ganó Jordi Gamito, que se escapó desde buen principio y ya nunca más volvimos a saber de él.
La verdad es que, a pesar del sufrimiento final, disfruté bastante. Es una carrera extrema, con mucha piedra, muy técnica y exigente, pero con unos parajes increíbles. Es una pena no haber llegado más en forma. Pero al menos, tuve buenas sensaciones y gracias a mi paso por el osteópata he recuperado las buenas sensaciones corriendo. Ahora sólo queda una cosa para mejorar: entrenar un poquito más.
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