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lunes, 22 de julio de 2013

ZUMAIA FLYSCH TRAIL



Ya hace unos meses que en Canet, los jueves días de series, disfrutamos de la compañia del equipo Spiridon. Los Canet Racers somos más pisteros y asfalteros y ellos totalmente montañeros. La fusión de los dos conceptos de running hace que ambos nos beneficiemos, ellos mejorando su ritmo de carrera y nosotros la fuerza resistencia y la técnica. En una de esas sesiones que compartimos, Javi Delgado me habló de una carrera en Zumaia que era Copa de España de carreras de montaña. Me contó que se trataba de un circuito no excesivamente técnico de 31'1km con unos paisajes de postal y el mar de fondo. 


Últimamente y tras mi lesión del tendón de Aquiles, me he desubicado un poco. Realmente ahora no sé que estoy preparando. Tras 4 meses haciendo BTT para intentar mantener algo la forma, me veo muy lento y pesado para correr en asfalto y a pesar de que tampoco ando muy fino de resistencia, estoy aprovechando un poco para entrenar más en circuitos de trail. Por eso me pareció interesante la propuesta de Javi y decidí apuntarme a la Zumaia Flysch Trail.

Y hacia allí nos dirigimos los Canet Racers Dani y yo junto con los Spiridons Javi Delgado, Andreu Simon y Jordi Ti. Nos acompañaban también  Verónica y Noelia, las chicas de Javi y Andreu respectivamente, que nos ofrecieron todo su apoyo logístico y moral. El viaje de ida fue plácido en la pedazo de furgo del Spiridon trail running team. Llegamos a la hora de comer y allí nos encontramos también a otro crack del equipo de montañeros, Pere Castillo y su mujer. Por la tarde recogimos los dorsales y fuimos a la playita. Más tarde rodamos un poco... bueno, un poco, claro, para esta gente que hacen tantos kilómetros, el rodaje para soltar fue de casi una hora subiendo y bajando montañas. ¡Están locos!. Encima nos  pilló de lleno una tormenta de verano. Así que acabamos empapados. Cenamos un buen plato de pasta y pan con tomate y jamón y nos fuimos a dormir. Dani y yo en la furgo, ya que al haber decidido apuntarnos a última hora, era casi imposible encontrar alojamiento. La verdad es que dormimos muy bien, Dani mejor, él estaba más ancho que en su casa. A media noche lo tuve que despertar porque ya estaba empotrado contra la ventana "¡¡¡tio, tírate un poco pallá que ocupas todo el colchón!!!". 

El amanecer fue increíble, el sol apareció en el horizonte en un entorno idílico. Ese sol que al poco rato se convertiría en nuestro peor enemigo. Desayunamos y bajamos a la salida. A las 10 el calor era insufrible. Aún no habíamos empezado a correr y ya estábamos todos medio deshidratados. Se dio el pistoletazo de salida y unos 500 corredores iniciaron el reto de llegar a la meta 31 kilómetros después. Un reto que pronto vi que no iba a ser ni mucho menos fácil. Cero sombra, todo por laderas que subían y bajaban constantemente. Yo me había marcado el objetivo de bajar de 3 horas y de no intentar forzar nada en los 10 primeros kilómetros. Dani y yo acordamos ir juntos, aunque a ratos nos separábamos. A pesar de ir reservando todo lo posible, el desgaste era brutal. Las subidas y el calor te dejaban seco y luego las bajadas me destrozaban muscularmente. El 10 lo pasé en 55 minutos, dentro del ritmo calculado , incluso más rápido. El desnivel acumulado era mucho más de lo que pudiera parecer. A nivel aeróbico iba muy bien, de piernas parecía que también. Sin embargo notaba que el esfuerzo estaba siendo mayor del previsto. La cabeza me ardía y empecé a dudar si podría aguantar así 21 kilómetros más. Intenté seguir economizando mis esfuerzos, Dani se espapó y al rato lo volví a pillar. Pero el hombre del mazo ya me estaba esperando.

Antes del kilómetro 15, me dio un bajón terrible. Estaba totalmente sofocado, el sol me asfixiaba y me notaba la cara ardiendo. Era como estar en el mismísimo infierno. Intentaba beber e hidratarme, lo había hecho desde el principio cada 6 ó 7 minutos echaba un traguito a las sales y me paraba en todos los avituallamientos. Pero en ese momento no podía correr más, me daba la sensación que me desmayaría. Me puse a andar. Durante más de un kilómetro caminé. Me empezaron a adelantar por todos los lados, decenas y decenas de corredores... madre mía, iba hundido. Decidí llegar al siguiente punto de control y retirarme. Justo en ese punto apareció Jordi Ti. Me vio tan mal que se quedó conmigo. Le dije que siguiera que yo me iba a parar y él me insistió en que intentara seguir, que él me iba a acompañar hasta la meta. A penas llevaba media carrera y me parecía una odisea acabar. Le hice caso y seguí, primero caminando y luego intentando correr lentamente. Parábamos en todos los avituallamientos, bebíamos, nos refrescábamos... y Jordi que iba fresco, bromeaba con los voluntarios "¿no tendréis un poquito de caldo caliente, no? me apetece una sopita". En fin, con más pena que gloria los kilómetros siguieron pasando.  Y subiendo y bajando seguimos avanzando. Mi objetivo de bajar de las 3 horas quedó en el olvido y se había convertido en simplemente llegar a meta. Las piernas ya me dolían, veo claramente que muscularmente no estoy preparado para el trauma y el impacto que suponen estas carreras para las piernas. En cualquier caso, como todo en esta vida, todo llega a su fin y , aunque un poco más tarde de lo previsto, pude completar el recorrido y atravesar la línea de meta junto con mi peculiar "psicólogo por un día".

El resto de la expedición tampoco tuvo su mejor día, aunque se defendieron bastante mejor que yo. Javi quedó el 21, Pere hizo 2h 55, Andreu, que disputaba el campeonato de España sub-23 también sufrió y llegó con 3h01 a meta, Dani fue haciendo, a su ritmillo tractorcillo y su Camelback a cuestas e hizo 3h 11. El ganador de la prueba fue Javier Crespo con 2h 20... a mí eso me parece impresionante, no sé cómo entrena esta gente para aguantar esos ritmos por montaña y principalmente quisiera saber de qué están hechas sus piernas. No menos increíble la primera chica, Leire Agirrezabala que hizo un tiempo de 2h54. Destacar la magnifíca organización de esta carrera, la verdad es que en ese sentido también me sorprendió gratamente, montones de avituallamientos, una señalización perfecta y todos los puntos kilómetricos indicados durante el recorrido. Un diez.




Llegada a Zumaia
                                                                               
bonito lugar

después de rodar y tras la tormenta de verano

a dormir!

zzzzzzzzzz

amanecer

kilómetro 3 a pleno sol

momento en que el hombre del mazo vino a visitarme

Javi Delgado

Pere Castillo

Andreu Simon

Yo mismo, aún en lucha

Danielem

Jordi Ti


Junto con Jordi Ti, ayudándome a llegar a meta


  




1 comentario:

  1. He sufrido hasta yo leyendo tu aventura..la verdad que hay que tener C___NES para lanzarse a correr una copa de España de montaña de 31km en verano con el poco entreno que llevas. Te llevas otra experience!!

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