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martes, 27 de septiembre de 2011

LA DIETA DEL TIRILLAS: COMER LO QUE QUIERAS Y GASTAR ZAPATILLAS



“LA DIETA DEL TIRILLAS: COMER LO QUE QUIERAS Y GASTAR ZAPATILLAS”

Los que me conocen saben que soy de buen comer. No me gusta contar calorías ni agobiarme con si lo que como engorda o deja de engordar. Me encanta comerme un buen entrecot o una fideuá y si luego me apetece un tiramisú o un killer brownie, pues me lo zampo y tan feliz. Y cuando juega el Barça, me gusta comerme una pizza y beberme una coca-cola mientras disfruto del espectáculo. Lo curioso del caso es que en estos últimos 2 meses y pico he adelgazado ya 4 kilos. Pero vamos, que tampoco es que me sobrara mucho, más bien se podría decir que desde siempre he sido un “tirillas”.

Durante toda mi vida he hecho deporte, con lo cual nunca me he privado de ningún tipo de comida. Obviamente con el paso de los años uno va bajando la intensidad de la actividad física y debe procurar comer sólo cuando tiene hambre y a las horas indicadas. Sin embargo, creo que el factor determinante de la dieta que sigo actualmente para mantenerme en forma, son los 12 kilómetros diarios que suelo correr. Recientemente y debido a una fascitis plantar estuve prácticamente 3 meses out. Al empezar a correr regularmente de nuevo, me sentía pesado, notaba que me sobraban un par o tres de kilos. Pesaba unos 57-58 kilos, un tubular, vamos, para lo que sería la vida normal. Pero sí es cierto que para deslizarme con mayor ligereza al correr por el asfalto o la montaña, necesitaba quitarme de encima esa pequeña mochila de peso extra que me notaba que llevaba. Decidí hacer un estudio de la evolución de mi peso sin variar un ápice mi dieta alimentaria, y sin escatimar ni un helado, pero con la inclusión del entreno diario. Así pues, cada día a correr y luego a comer lo que quisiera, aunque, eso sí, procurando evitar la comida basura y el picar entre horas. El cuerpo es sabio y al principio, en el primer mes, a penas adelgacé unos gramos. Supongo que como medida de protección: “hay que mantener las reservas que este tío nos quiere meter caña”-debe pensar el cuerpo-. Pero luego, ante mi insistencia de querer correr más y más, al final éste decidió iniciar el proceso de quitarse lastre de encima. Así, sin privarme de nada, al cabo de unas semanas, la dieta empezaba a hacer efecto y, efectivamente, cada vez fui bajando de peso. Pero además, es que esta forma de adelgazar es la más sana que hay, puesto que no sólo adelgazas sino que también te vuelves más fuerte. Cada vez me encuentro mejor físicamente, como cuanto quiero y encima soy más rápido. Eso sí, no hay que rendirse, hay que procurar correr regularmente, si no la dieta no hace efecto, hay que dejarle al cuerpo muy claro que estamos dispuestos a correr cada día y que debe aclimatarse a esa necesidad. La clave, pues, es la constancia.

A raíz de este estudio, sin ninguna base científica, sólo mi propia experiencia y mi retorcida forma de divertirme, he observado otra serie de coincidencias. En relación a mi peso, puedo calcular muy aproximadamente cuál es mi estado de forma y a qué ritmo puedo correr los 10km. Siempre teniendo en cuenta que el peso se deba al entrenamiento y no a otros factores. Evidentemente hay un punto donde entrenando ya no se puede adelgazar más porque sería insalubre, y ese es el punto máximo de tu estado de forma, donde la ligereza y la fuerza están en su punto justo. Ese estado óptimo lo alcancé hace ya unos años cuando contaba con 26-27 años y debido a mi completa dedicación, llegué a pesar 50-51 kilos, comía como un jabato, todo hay que decirlo, pero era pura fibra. Por aquel entonces corría los diezmiles fácilmente por debajo de 29, aunque mi especialidad en esos años fueron siempre los cincomiles (donde llegué a correr en 13’26). Ahora estoy en 53-54 kilos, entrenando muchísimo menos, tras muchos y largos parones y con unos cuantos años más. Sin embargo, con mi peso actual estoy plenamente capacitado para correr sobre los 32 minutos. Más o menos la tabla de relación peso-marca para mí es esta (supongo que cada cual puede hacerse la suya propia):

57-58 kilos = 36 minutos en 10 km
56-57 kilos = 35 minutos en 10 km
55-56 kilos= 34 minutos en 10 km
54-55 kilos= 33 minutos en 10 km
53-54 kilos= 32 minutos en 10 km
52-53 kilos= 31 minutos en 10 km
51-52 kilos= 30 minutos en 10 km
50-51 kilos= 29 minutos en 10 km


Bueno, todo esto que explico no es más que una ida de olla de las muchas que tengo. No hay que tomárselo al píe de la letra, puesto que todos somos diferentes y cada uno tiene sus propias características y cualidades. Ni por supuesto, como vengo diciendo siempre, hay que obsesionarse tampoco ni con el peso ni con las marcas, eso, en cualquier caso, es un efecto secundario, que vendrá por sí solo con el placer del entrenamiento diario. Eso sí, lo que sí me parece interesante, es que si alguien realmente quiere adelgazar de una forma saludable y no pasar hambre, lo que debe hacer es salir a correr cada día, disfrutar de ese momento de libertad y gastar zapatilla, además de disfrutar luego de una merecida comida, se sentirá mucho más sano, fuerte y feliz. Porque, en definitiva, lo de adelgazar corriendo no debe ser una finalidad, sino una consecuencia.

3 comentarios:

  1. Aquí hay un estudio (supuestamente) algo más científico sobre la influencia del peso en los tiempos de 10km, media y marathon: http://www.vo2max.com.fr/physio_poids.html (en francés).

    Saludos!
    Sergio,

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  2. Gracias Sergio! la verdad es que el estudio en cuestión se aproxima bastante a mi realidad.

    saludos!!

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  3. Tu no engreixes ni fotente una vaca sencera! :)

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