Datos personales

Instagram

Translate

domingo, 9 de septiembre de 2012

CLAVOTE EN LA BURRIAC ATAC 2012!!!



Después de tres semanas de descanso, en cierta manera obligado por la sobrecarga del tendón de aquiles que arrastro, casi de rebote y a última hora, los amigos del Corriol en Vilassar me facilitaron un dorsal para la Burriac Atac. En otras circunstancias me hubiera alegrado pero, así de sopetón y sin haberla preparado, no me acabó de hacer mucha gracia tener que correr. Aunque, ya que habían hecho ese esfuerzo por mi, ahora no iba a echarme atrás a pesar de que era consciente de que iba a sufrir bastante.


La Burriac Atac es una carrera de unos 18km de montaña cuya peculiaridad es que se celebra por la noche. Tiene tramos muy duros de subida y bajadas muy técnicas con mucho pedrusco que en la penumbra de la nocturnidad, a pesar del frontal de luz obligatorio, se hacen bastante peligrosos. La subida hasta el Castillo de Burriac me la conocía bastante bien de haberla hecho alguna vez entrenando con los Ibers. Esa era mi única baza. Salí tranquilo, pero poco a poco fui remontando posiciones hasta llegar al primero de los ascensos, el Turó de l'Infern, manteniéndome entre los 5-6 primeros. Bajando me atrapó un grupito de 4 corredores con los que ya me quedé. Subí con ellos hasta el Castell, intenté ir cómodo y sin forzar, aunque realmente era difícil no acabar con las piernas hinchadas ante aquella escalada permanente. En el siguiente descenso, zona ya desconocida totalmente para mí, fue donde empecé a tener mis primeros problemas. Iba bajando con bastante inseguridad, ya que el tramo tenía excesiva pendiente y estaba plagado de piedras. El grupito en el que iba, donde también se había incrustado el Canet Racer Daniel Martínez, empezó a sacarme metros, al quedarme solo la iluminación era menor y ya sin referencias de mis predecesores empecé a aflojar demasiado, forzando mucho la frenada. Esos constantes frenazos no hacían más que cargarme las piernas. Empecé a desanimarme y a notarme cansado de tanto retener la pisada, pronto me pasaron otros corredores a los que se veía con mucha más determinación que yo. Las sensaciones que tenía no me gustaban nada y se apoderaba de mí cierta impotencia que no hacía más que minarme la moral. Iba un tanto desorientado y me notaba como en una montaña rusa, ver sólo 2 metros más allá de mis narices estaba agobiándome bastante.

Subía y bajaba sin ton ni son, en los tramos corribles no sabía si apretar o no porque al desconocer el recorrido no sabía lo que me esperaba después. En los tramos de bajada seguía frenando y frenando y los isquios se me estaban resintiendo mucho. Al rato oí una voz conocida: "Eh, Ricky... Estàs bé?" era Pau Lorenzo, el otro Canet Racer en carrera, que bajaba como una moto. Le dije que no, que no iba bien, que tirara. En ese momento nos cantaron que íbamos clasificados sobre el 20-21. Me parecía un puesto muy digno e intenté motivarme  procurando mantenerlo. Pero no, las malas sensaciones seguían acompañándome, las bajadas me hacían mucho daño, y pronto noté síntomas de calambres inminentes. Aflojé más aún y volví a perder algunas posiciones de nuevo. Definitivamente me di cuenta de lo mal que iba cuando por fin llegué a un tramo donde se podía correr rápido y no fui capaz de cambiar de ritmo, en lo que tenía que ser mi terreno me adelantaron aún más corredores. Ahora sí "el hombre del mazo" me había golpeado con fuerza.

Cuando quedaban 2 ó 3 km se puso a mi altura Jose Gómez, uno de los Ibers a los que entreno, nos saludamos y me animó para que fuera con él. Lo intenté, pero al poco me tuve que tirar al suelo con unos calambres terribles en ambos isquios... me quedé allí tendido un rato, en medio de una trialera. Uno de voluntarios de la carrera vino a ayudarme, me cogió de los pies y me hizo unos estiramientos. Al cabo de unos minutos me pude poner en pie e intenté seguir corriendo, perdí la cuenta de todos los que me habían adelantado. Sólo me quedaban un par de kilómetros y ya me propuse llegar como fuera, casi caminando bajé hasta la playa donde un camino de antorchas me llevó hasta la meta. Crucé la línea de llegada en dos horas justas y con una muy desagradable sensación. No había disfrutado nada de la carrera.

A pesar de que para mí fue una muy mala experiencia, lo de correr una carrera de montaña nocturna, me alegré mucho por los Canet Racers Dani y Pau, quienes obtuvieron unos muy meritorios puestos 16 y 21, además de que lo pasaron muy bien. No sé, quizá pagué la novatada y algún día vuelva a repetir para quitarme la espina, aunque, eso sí, entonces iré mucho más preparado porque está claro que la Burriac Atac además de tener mucho nivel  no es moco de pavo.




Los Canet Racers montañeros antes de iniciar la carrera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario