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martes, 7 de abril de 2015

II WORLD CUP ARBÚCIES- SANTA FE



Aprovechando mi último día de fiesta en esta Semana Santa, convoqué una nueva quedada para intentar batir el récord de los 8'4km en vertical, con 840m+ aprox., que suben desde Arbúcies a Santa Fe. Me apetecía después de haber intentado un 10.000 en pista el pasado sábado en Montornés. Fue un día ventoso y el hecho de correr totalmente en solitario acabaron por hacerme decidir poner el ancla en el km 7. El ritmo no era malo, sufriendo un poco podría haber vuelto a bajar de 33', pero preferí reservarme un poquito para la media maratón que tengo prevista el domingo, 12 de abril, en las Vies Verdes de Ojos Negros (Castellón). Pero antes, y de cara al KMV de Ribes de Freser del día 18, quería hacer un entreno verticalero.

En esta nueva convocatoria nos presentamos Dani Martínez y su fiel perro Sancho (uno más del equipo), Pau Lorenzo, muy puesto ahora en duatlones, y el gran Javi Delgado, favorito indiscutible para batir el récord que hasta la fecha estaba en mi poder con 54'36 del pasado 25 de septiembre de 2014.

(Para conocer el origen de estas quedadas leer entrada: I WORLD CUP ARBÚCIES - SANTA FE)


Hoy, medio año después, en una preciosa tarde en el Montseny donde los rayos anaranjados de sol se colaban transversalmente entre los árboles del bosque que recorriamos, era evidente que el récord iba a sufrir un tiento importante. Unos minutos pasadas las 4 de la tarde, tras unos efusivos saludos y la foto de rigor, iniciamos la marcha sin más preámbulos. Aquello tenía tintes de competición evidente, pronto se hizo el silencio y las respiraciones profundas se mezclaban con el cantar de los pajarillos al atardecer. Javi tomó la delantera y yo le seguí de cerca, Pau se quedó un poco más atrás y Sancho que venía con nosotros , pronto optó por ir con Dani, que venía cuarto a la zaga. Lo cierto que en estos primeros compases es dificil controlar, las piernas se hinchan y cuesta encontrar un ritmo alto sin llegar a asfixiarse. Pasado un kilómetro y medio, en un tramo relativamente cómodo, tomé la delantera, Javi al verme pasar me dijo "hoy vamos a sufrir, ¿eh?" y yo le contesté " sí, seguro, pero y lo bonito que es esto". Ahora sí, empezaron las trialeras más duras, las que más suben. Me ardía el pecho, pero no quería aflojar. Es curioso porque la sensación es que vas lento y yo no hacía más que apretar, llevaba a Javi a unos metros y no quería hacerle tapón. Le dije que si veía que iba lento me podía adelantar, él entre bufidos me contestó "¿lento?¡ pero si vas a ritmo de 51'!". Menos mal -pensé- porque hasta se me ha dormido la pierna derecha de impulsar con tanta fuerza.



Pasamos el castaño centenario y yo, fiel a la tradición, grité " castañoooo", aunque reconozco que fue un grito carente de convicción, tuve que tomar una buena bocanada de aire para poder soltarlo. Y luego, con los ojos abiertos como platos, tuve que hinchar los carrillos y soplar para recuperame. Javi hizo lo propio y su grito también se desvaneció pronto entre su acelerada respiración. Estaba claro que íbamos a tope.

En el kilómetro 5, en la zona más técnica, pasada la masía, me tomé un respiro. Javi, como experto montañero que es, en cuatro brincos entre las piedras sueltas me sacó unos segundos. Yo ahí perdía pegada, como me explicaba él mismo después, gasto mucha energía alargando la zancada como pistero de nacimiento que soy. Llegando al kilómetro 7, por fin, recupérabamos un terreno más estable. En ese punto vi que había cedido 17 segundos respecto a Javi. Sabía que íbamos muy rápido y que el récord lo iba a perder, a pesar de que era evidente que yo iba a mejorar mi mejor registro de mucho. Pero tenía que luchar hasta el final. Tomé aire y de nuevo puse la directa. Vi que me acercaba a mi predecesor y que estábamos a punto de llegar, así que apreté más. Hubo un momento que parecía que se me iba a salir el corazón por la boca, pero estaba gozándolo como un jabato. Los runners, corredores o lo que seamos, definitavemente estamos locos. Antes de entrar en la última recta había un repechón importante donde ya íbamos los dos dando cabezazos. Javi llegó unos segundos antes a la última recta y arrancó con fuerza, esprintando al máximo, ahí vi que le estaba haciendo sufrir de lo lindo, así que seguí luchando hasta el final, apretándole hasta la meta. Él paró el crono en 50'27 y yo en 50'32.... ¡¡¡qué bestias!!! habíamos mejorado el récord en 4 minutos. Pau pronto apareció haciendo unos magníficos 54'56 y Dani mejoró marca haciendo 56'20, Sancho, solidario con su dueño, llegó en 56'37. A Dani y a Pau les pareció que su marca no había sido muy buena, pero es que hay que recordar que, hasta no hace mucho, el récord lo tenía el mítico Raúl Estévez con 59'06. Tengo ganas que venga un día también a una de estas quedadas, seguro que tiene mucho que decir, él y también nuestro admirado Josep Salicrú, otro fiera que la última vez no marcó tiempo oficial porque se equivocó de camino. Bueno y cualquier otro que quiera pasarlo bien con unos tarados como nosotros.

Luego, todos juntos, tomamos el camino de regreso bajando lo que hacía unos momentos tanto nos había costado subir. Íbamos contentos y exaltados, explicando nuestras batallitas, con la adrenalina a tope. La verdad es que ha sido brutal,  todos hemos disfrutado como cabr... em, como el masculino de la cabra. Y no por subir más o menos rápido, al final eso es lo de menos, aquí lo que importa es pasarlo bien y llevarse una buena experiencia corriendo por este magnífico regalo que es el Montseny. ¡Lo recomiendo!


Ranking actual:

1- Javi Delgado                  50'27   ( 7-04-2015)
2- Ricky Run                      50'32    (7-04-2015)
3- Pau Lorenzo                   54'56    (7-04-2015)
4- Dani Martínez                56'20    (7-04-2015) 
5- Sancho (sí, el perro)       56'37   (7-04-2015)
6- Raúl Estévez                  59'06   (27-04-2014)

*Si alguien quiere participar de este ránking, sólo tiene que atreverse y decirlo. Para hacer el recorrido  hay que seguir las estacas amarillas y blancas que salen de Arbúcies y llegar hasta el puente de madera que hay en Santa Fe.

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