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viernes, 22 de mayo de 2015

Etapa final Camino Portugués: Padron -Santiago. ¡Llegamos!

                                                   
    
Luís, el Canario que trabaja como funcionario de prisiones, se fue a las 7. En estos últimos días hemos ido coincidiendo en casi todos los albergues y ayer, como era la última noche, salimos con él a cenar. Como siempre nos dimos un festín y nos fuimos a dormir con la panza llena. Dani me despertó a las 7:30 y me dijo de salir hoy antes para llegar pronto a Santiago. Nos levantamos e hicimos nuestro ritual diario, vestirnos para correr y ajustar, como si fuera un puzzle, nuestros enseres al máximo en la mochila. Desayunamos y a las 8:45 iniciamos la última etapa. Unos 25 kilómetros nos separaban de la plaza del Obradoiro.








Hacía frío, así que empezamos a correr medio encogidos y con las piernas un poco entumecidas. Pero como siempre sabemos que a los 2 km ya llevamos un buen ritmo. El recorrido de hoy tenía bastantes subiditas de esas que, con el peso de la mochila a la espalda y los kilómetros acumulados en las piernas, se hacen un poco duras. Pero sabíamos que ya nada nos iba a detener, íbamos directos a Santiago, contentos porque a nivel físico hemos estado muy bien, sin sobrecargas ni molestias. El parte médico ha sido escueto, por mi parte una torcedura de tobillo en la tercera etapa que con el paso de los días se ha ido quedando sólo en un pequeño susto y unos roces en la espalda por el equipaje. Danielem, una llaga en la boca y una leve molestia en el empeine del pie que sólo le duró un día. No está mal para haber hecho 250 kilómetros con 5 kilos a cuestas.






Como habíamos salido más pronto de lo habitual fuimos pillando a todos los Peregrinos un poco antes. Algunos hacían referencia a este hecho diciéndonos "hoy habéis madrugado, ¿eh?". Durante el trayecto nos fuimos encontrando ya con mucha gente conocida, lo que te hace darte cuenta de que, al final, se forma como una gran familia de habitantes del Camino. Hoy casi no paramos ni a beber agua. A cada poco había unas enormes piedras con la famosa concha dibujada que indicaban con una sorprendente precisión la distancia que restaba hasta la Catedral de Santiago....8.563m. Y digo yo, ¿con qué tecnología lo habrán medido para ser tan exactos? Estás en la montaña, en medio de un bosque, y te aparece un pedrolo de éstos donde te indica hasta los centímetros que te quedan para llegar. Curioso.

Tras alguna que otra subida puñetera más por fin entramos en el casco urbano de Santiago de Compostela. Aún nos restaban 2 ó 3 kilómetros por la ciudad hasta llegar a la catedral, pero lo sorprendente es que después de 250km siguiendo flechas amarillas y cuando digamos que entras en la recta final, de golpe desaparecen las señales. Es un poco desconcertante, de repente te encuentras en medio de una ciudad llena de coches y gente caminando por las aceras ajena a tu estrafalario aspecto y te sientes un poco perdido. Dani ante esta extraña situación, intentando recuperar la senda de las flechas, le preguntó a un transeúnte "Perdone, ¿por dónde va el Camino de Santiago?" Y el amable señor mirándole de reojo y sin parar de caminar le contesta "Ya estás en Santiago". Si hubiéramos sido un dibujo animado nos hubiera caído una gota gigante por la frente y nos hubiéramos caído al suelo.

En fin, al final, callejeando como pudimos y preguntando  llegamos a la Plaza del Obradoiro. Ahora sí, la línea de meta. Nuevamente esa fantástica  sensación, de todo lo que has dejado atrás, de todo lo que has vivido desde que iniciamos el Camino en Oporto. Es mágico. Junto con el muñequito que representa a Radulfum nos hicimos una foto de llegada y nos fuimos a por nuestra segunda Compostelana. Es entonces, cuando vas paseando por la ciudad, tras dejar la bolsa en el hotel y haberte duchado, que empiezas a encontrarte con la gente con la que has compartido esta aventura. Todo son abrazos, alegría, buen rollo, fotos, intercambios de direcciones de correo, facebooks... Te das cuenta de que ahora tienes nuevos amigos en Irlanda, en California, en Portugal, en Alemania.... y también en Canarias, en Sevilla, en Murcia, en Alicante, en Valencia...










La fiesta final consistió en tapear desde la 1 del mediodía hasta pasadas las 12 de la noche. Nuestros amigos murcianos y sevillanos y luego las chicas valencianas a las que cada día íbamos saludando por el camino, fueron nuestros compañeros de copas, chistes y risas. Lástima que el vuelo salía muy pronto y no pudimos alargar más la velada. Pero bueno, está claro que los Corregrinos han vuelto y que no tardarán en ir a por su tercer Camino, de momento el Francés y el Portugués ya son un grato e imborrable recuerdo.





10ª etapa: Padrón- Santiago. 25km en 2h25




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